Palabra del DÃa: Persistente
Negarse a rendirse o dejar ir; insistentemente repetitivo o continuo.
Llegamos a conocer a esta mujer sin nombre en el CapÃtulo 39 del Libro de Génesis. Esta mujer era la esposa de Potifar. Potifar era un oficial del faraón y capitán de la guardia. HabÃa comprado a José de los ismaelitas.
Génesis 39:1
Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habÃan llevado allá.
José era un hombre de gran reputación, y el Señor estaba con él todo el tiempo. El diablo siempre estaba encima de él tratando de arruinar su vida, pero habÃa fallado. Por supuesto, que el diablo lo intentará una vez más. La esposa de Potifar era un tipo de mujer que estaba acostumbrada a tener y poseer lo que quisiera, y por esta razón pensó que era apropiado tener a José como su amante. José debe haber sido un hombre bien parecido. Tenemos que recordar que su madre era Raquel, una mujer hermosa, por lo que probablemente recibió el buen aspecto de su madre.
Génesis 29:17
…pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
Su breve biografÃa comienza en el capÃtulo 39: 7 del Libro del Génesis cuando tiene el descaro de pedirle a José que se acueste con ella solo porque quiere complacer su carne lujuriosa.
Génesis 39:7
Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
José, que era alguien responsable y respetuoso, le respondió afirmando que su esposo le habÃa confiado todo. Es decir, que podÃa obtener cualquier cosa de la casa, pero no a su esposa. José se negó a acotarse con esta mujer. La primera razón es porque tenÃa respeto hacia Potifar, y la otra era porque querÃa estar bien con su Dios.
Génesis 39:8–9
Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquà que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, harÃa yo este grande mal, y pecarÃa contra Dios?
Las tentaciones llegaron a José de muchas maneras diferentes, y esta tentación fue otra que no iba a contemplar. Esta acción no iba a ser aceptable en la sociedad y tampoco Dios iba a estar complacido.
Esta mujer no era una persona que no iba a aceptar un no por respuesta y persistió; pero José tenÃa un gran respeto por su esposo. Hubo un tiempo en que José entró a la casa con el propósito de hacer su oficio y se encontró solo con esta mujer. Una vez más, ella le pidió que se acostara con él. Esto es cuando huyó de la escena y se negó a ser tentado por esta mujer. Entonces, él simplemente escapó. Pero la mujer se quedó con algunas piezas de su prenda desgarrada en sus manos.
Génesis 39:11–13
aconteció que entró él un dÃa en casa para hacer su oficio, y no habÃa nadie de los de casa allÃ.
12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.
13Â Cuando vio ella que le habÃa dejado su ropa en sus manos, y habÃa huido fuera,
Lo que José no sabÃa es que iba a ser acusado de violación por esta mujer. Ella tenÃa en sus manos pedazos de su prenda desgarrada y se los mostró a los hombres de la casa. Ella dijo que el hombre hebreo que su esposo habÃa traÃdo la habÃa violado. José sufrió el injusto castigo de prisión. Potifar lo habÃa enviado a la prisión, pero el Señor estaba con él. José tenÃa una gran valentÃa y convicciones desde arriba y sabÃa que sus acciones eran las correctas. Él solamente querÃa agradar a Dios
Génesis 39:14–15
llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traÃdo un hebreo para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mà para dormir conmigo, y yo di grandes voces;
15 y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mà su ropa, y huyó y salió.
Génesis 39:20–23
Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allà en la cárcel.
21 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
22 Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que habÃa en aquella prisión; todo lo que se hacÃa allÃ, él lo hacÃa.
23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacÃa, Jehová lo prosperaba.
Conclusión: Solamente una breve historia de cómo las tentaciones pueden llegar a nuestras vidas, pero este es un gran ejemplo de cómo responder cuando llega la tentación. Dios siempre proporcionará una forma de escapar. La vida de José es un gran ejemplo para mostrarnos que estamos aquà para agradar a Dios y no a nuestra carne. ¡Pongamonos los zapatos de correr cuando llegue la tentación!
*Por favor deje un comentario si esta lección ha sido de bendición a su vida.
He agregado algunos versÃculos a continuación para aquellos que no están seguros si el cielo es su futuro hogar. Por favor, comparta conmigo si acepta al Señor Jesucristo como su Salvador a través de esta publicación. ¡Con gusto me alegraré con usted!
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
12 Porque no hay diferencia entre judÃo y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Romanos 10:9–13